lunes, 8 de agosto de 2011
miércoles, 3 de agosto de 2011
Brillantina escuálida de foyer, pegada en el sudor y en el perfume de la transa. Tras la máscara, escondiendo pústulas sufragantes, pieles sin piel elogian todo como viene en un sólo y único pensamiento. Aplausos y más aplausos, también tras bambalinas, entre descorches, discursos, sonrisitas, salutaciones; la insanía está en cartel, bien satisfecha.
Hay sala llena -también esta noche- en la luna de Valencia.
Hay sala llena -también esta noche- en la luna de Valencia.
lunes, 1 de agosto de 2011
Asco. De ésta saturación de estupidez mediática. De los medios medios y los miedos de los miedosos que medran con mi espanto. De lo políticamente incorrecto en formato correcto. De la cultura del opínalo todo, con toda autoridad, con naturalidad y sin vergüenza siéntete con derecho, siempre, de desdecir sin aviso lo que ayer diste como cierto. De los amigos de todos. De la pena ajena y la retroalimentación de imbecilidad permanente. De los que se dicen hartos de todo ésto y critican, cretinos, el asco que están alimentando, como una fierita escondida en el cuarto de atrás, que sigue engordando, creciendo y esperando su momento para partirnos democráticamente la cabeza. Asco. De antemano, de la criatura que estos tipos alimentan. De lo que callan. De lo que otorgan. Asqueado y repleto de excremento oficial. De comerlo a cucharadas y en silencio. Del sinsentido perverso de saber todo de todo y todos pero no saber quién soy, dónde estoy ni como me llamo. Asco. De que me induzcan a tararme siempre en los mismos ítems progresistas, prefascistas. Asco de las cofradías acomodaticias de lameculos profesionales. Y sobre todo asco de nosotros, imbéciles, que todavía no asumimos que todo se pasa y se pudre mientras tocamos al son que ellos nos bailan.
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