Asco. De ésta saturación de estupidez mediática. De los medios medios y los miedos de los miedosos que medran con mi espanto. De lo políticamente incorrecto en formato correcto. De la cultura del opínalo todo, con toda autoridad, con naturalidad y sin vergüenza siéntete con derecho, siempre, de desdecir sin aviso lo que ayer diste como cierto. De los amigos de todos. De la pena ajena y la retroalimentación de imbecilidad permanente. De los que se dicen hartos de todo ésto y critican, cretinos, el asco que están alimentando, como una fierita escondida en el cuarto de atrás, que sigue engordando, creciendo y esperando su momento para partirnos democráticamente la cabeza. Asco. De antemano, de la criatura que estos tipos alimentan. De lo que callan. De lo que otorgan. Asqueado y repleto de excremento oficial. De comerlo a cucharadas y en silencio. Del sinsentido perverso de saber todo de todo y todos pero no saber quién soy, dónde estoy ni como me llamo. Asco. De que me induzcan a tararme siempre en los mismos ítems progresistas, prefascistas. Asco de las cofradías acomodaticias de lameculos profesionales. Y sobre todo asco de nosotros, imbéciles, que todavía no asumimos que todo se pasa y se pudre mientras tocamos al son que ellos nos bailan.
son tan importantes como para dejar que se apropien del alma?? no, no y no.
ResponderEliminarvomitivo nauseabundo agobiante y en implacable primera persona del singular heroico (salpicando con plural en el final orquestado)
ResponderEliminarme gusta este texto desde siempre
salud fede
Pocas emociones son tan incontrolables como el asco. Rebelde, se instala en la silla turca y dormita una siesta interminable. ...Ligera y eterna.
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